PRESENTACIÓN DEL LIBRO «ABRAMOS LAS CANCELAS. LA LUCHA DE LAS JORNALERAS DE HUELVA POR OTRO MODELO DE AGRICULTURA», EN PATERNA DEL CAMPO.

Paterna y Escacena del Campo, pueblos de la comarca histórica de los Campos de Tejada en Huelva, fueron dos de los núcleos más importantes de la lucha jornalera en la provincia. En los que las mujeres jugaron un papel crucial para que fuese posible.

En la presentación del libro «Abramos las cancelas. La lucha de las Jornaleras de Huelva por otro modelo de agricultura» que tuvo lugar el martes 17 de octubre en la Asociación de Mujeres Paterninas, nos encontramos con mujeres que en la década de los 70, 80 y 90 fueron referentes; pero que no aparecen en los libros y nadie las reconoce como tal.

Para nosotras son nuestras maestras porque, como bien dijimos allí, «nuestra lucha ha nacido del camino que ellas nos abrieron, nos enseñaron, y lo siguen haciendo».

Sin sus cuidados detrás nada sería posible. Pero no solo se encomendaron a esa tarea, sino que, tal como nos contaron ayer, ellas ocuparon iglesias y se encerraban en los cortijos cuando las máquinas llegaron al campo y amenazaban con quitarles todo el trabajo. Recibieron palos y pisaron mucha cárcel y calabozos por intentar parar esa Revolución Verde que se ha vendido como el culmen de la agricultura. Pero de sobra saben ellas el precio que hemos pagado todes.

En los 90, con el boom de la fresa de Huelva en pleno auge, ante los bajos salarios y el incumplimiento de las condiciones laborales, nos contaban cómo paraban el tajo todas juntas en un abrir y cerrar de ojos. “Había compañerismo” nos contaban ayer, “Íbamos todas a una.”

Y es eso lo que más resuena, el cómo se pasó de la unidad a la división en un abrir y cerrar de ojos, coincidiendo todas en la siguiente teoría: “quitarnos de la sierra y poner el paro en casa fue el plan perfecto de Felipe González para dividir a la clase obrera andaluza y disolver la lucha jornalera y la lucha de los pueblos”.

Sobre el cambio a peor del trabajo en el campo todas asentían con la cabeza cuando contábamos lo que sufrimos ahora, desde hace unos años. Algunas han tenido tiempo de vivirlo en sus propias carnes antes de jubilarse o pre-jubilarse. Y les explota la cabeza pensar en ese cambio tan abismal y cómo nos lo han ido metiendo suavemente, sin hacerse notar, hasta llegar a un punto que ahora nos parece un mundo volvernos a organizar.

Ellas también fueron pioneras en la lucha por la igualdad de las mujeres en el campo, y hablaban del duro proceso que fue poder acceder a trabajos que supuestamente “solo eran para hombres”. Y en este caso, teniendo que llevar a cabo otra lucha aparte con sus propios compañeros. 

Sobre todo esto hablamos en el primer capítulo del libro. Y esperamos poder ampliarlo muchísimo más ahora que hemos encontrado a esas luchadoras invisibilizadas.

Ayer nos conocimos por primera vez, y fue un flechazo a primera vista en toda regla. Nos agradecieron en el alma que hayamos tomado el relevo en estos pueblos, lo que las hace sentir que su lucha no fue en vano. Nosotras estaremos agradecidas siempre al trabajo que hicieron, y al que haremos a partir de ahora juntas de la mano.

Porque eso es lo que queremos, que se sientan parte de Jornaleras de Huelva en Lucha, porque Jornaleras de Huelva en Lucha son ellas, y es gracias a ellas, y pretendemos que así lo sientan y lo disfruten 30 años después. Y lo más importante, queremos que se haga justicia, se reconozca su labor, y que el mundo entero conozca la historia de ellas y de nuestro Campo de Tejada.

Se avecinan turbulencias. Esto es solo el comienzo.

Tenemos tarea y muchísimo que aprender de nuestras nuevas compañeras.

Estaremos eternamente agradecidas a la Asociación de Mujeres Paterninas, quienes llevan un recorrido de lucha feminista rural admirable, con quienes queremos seguir tejiendo, por hacerlo posible.